domingo, 6 de marzo de 2011

Nudo en la garganta

A veces cuando navego por internet, me encuentro con palabras, fotos o sonidos que me emocionan. Y, como la única forma que tengo de captarlos es a través de mis sentidos, se vuelve obligatorias las comparaciones.

Y generalmente termino con un nudo en la garganta. No puedo responder algunas preguntas, y ello determina ese curioso efecto.

Por qué puedo entenderle a Marcuse recién ahora?

Por qué a los 17 años monté una competencia automovilística completa…..con autos y equipos de papel, en la cama como pista, en lugar de ser un joven normal?

Por qué me fue tan fácil dibujar o escribir, tanto que nunca le dí importancia, y ahora a la vejez, viejo, medio ciego y medio tonto, me es todavía fácil escribir pero dificilísmo dibujar?

Por qué me enamoré de mujeres imaginarias, a algunas de las cuales apenas las conocí, las construí dentro de mi cerebro, y después las abandoné sin llegar a hablar con ellas siquiera?

Bueno. Pero giro la cabeza, y me retorna la calma. Mi compañera no es imaginaria, y me ha dado todo lo bueno que he recibido de esta vida. Y que justifica que continúe, luchando. Luchando, sobre todo, contra mi peor enemigo: contra mí mismo.

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