Por qué no celebro los cumpleaños

No hay ninguna razón para alegrarse. Es un año más desde que nací, o sea, es un año menos de vida para todos los que pasamos de los 50.

Se conmemora un hecho del cual no tengo culpa. Nadie me consultó para hacerlo, (realmente no creo que a nadie le consulten), entonces yo me desquité trayendo hijos sin consultarles tampoco.

De haberme consultado, hubiera declinado el honor. No me ha ido mal, pero sí me ha costado, y acabo de leer el Elogio de la Pereza de Paul Lafargue (el yerno de Marx) y creo estar de acuerdo con él. (si quieren saber qué escribió, recomiendo leerlo. Les dejo la duda)

Y peor que me lo celebren en el lugar de trabajo.

Todos estamos aquí por cualquier cosa, menos por amor o amistad. (Si por ello fuera, muchos se quedarían en la casa). Nos pagan por trabajar, y no veo relación entre mi divertido trabajo y la circunstancia de haber iniciado este trayecto (via crucis?) hace más de medio siglo.

“Yo me alquilo por horas, río y lloro con todos

La ciudad es de goma lisa y negra.. “ (Aguaviva, 1976)

Sigamos en la diversión, sigamos trabajando sin levantar los ojos del teclado ni separarnos del asiento. No hay tiempo que perder (no sé realmente para qué, pero no hay tiempo que perder).

“mañana es hoy día mismo, y estamos muy atrasados ….” (decía Roberto Matta, pero ellos sí creían en algo, y grande).

Yo no creo creer en nada. Solo trabajo . Solo.

Los demás también. Ese es nuestro factor común. Y no hay razón para deteriorarlo con mi cara de ogro por celebrarme algo de lo que no quiero acordarme. Prefiero la seria dignidad de los entierros, aunque tampoco me gustan, y no creo poder atender al único que me interesa, que es el mío. Me encanta la música que se ha compuesto en honor a….la muerte? ….la vida? Pero que, en todo caso, se relaciona con lo fúnebre:

Confutatis maledictis

Flammis acribus adictis

Voca me cum benedictis (Ritual romano para misa de réquiem, valido hasta 1962)

Entre las alegrías que vivo, cada vez las disfruto más en proporción inversa a la cantidad de presentes. (Gravísimo en un mundo que tiene cada vez más personas)

En el siglo pasado, que fue cuando nací y crecí, algo valioso que aprendí fue a leer. Y algún momento sentí la angustia de no poder hacerlo lo suficientemente rápido…. Hasta que me encontré con las computadoras. Este momento, tengo a mi alcance, en la comodidad de mi cama, a la hora que quiera, mucha más información de la que sospeché que existía. Y, sinceramente, la disfruto (viviría acostado en mi cama, conectado a la web, de no ser nocivo para la salud)

En mi trabajo, tengo toda la info en mi máquina, y es ayudante full time. Sin ella me siento incompleto. (grave..)

Soy lo suficiente inteligente para darme cuenta de mi propia estupidez, y para poder ser feliz he debido hacerme un guión que me permita madrugar, soportar y….pagar. Según ese guión, estoy a la espera.

Feliz? Claro que soy feliz! Ya entendí y aprendí a encontrar los breves momentos en que se puede serlo, y los disfruto, y los atesoro y los recuerdo cuando no lo soy.

Cuando murió mi hermano en 1974, me prometí no volver a llorar jamás, lo cual no he cumplido, pero al menos lo intento. Cómo no llorar de la emoción cuando veo a Perlman y Zuckerman tocar la pasacaglia de Haendel-Halvorsen? …….no hay palabras para expresarlo, por eso creo que la música es el arte inteligente, la combinación perfecta entre la emoción y la matemática.

Pero hay otras felicidades, como el amor con mi mujer, mi cómplice y todo, durante los mejores 30 años de mi vida. Gracias a ella ya no pinto, pues no tengo razón para pintar. Creo que el arte es producto de personas geniales pero infelices. Y yo estoy lejos de ser ni lo uno (de nacimiento) ni lo otro (por el momento),

Y los cumpleaños? Y las alegrías? No veo la lógica. Y peor que me lo celebren en el lugar de trabajo.

Como dije, estoy a la espera. De qué? No es su problema, lector. Sólo sepa que de todo el conjunto de madrugar, bañarme. vestirme, desayunar, manejar, subir a la oficina, enroscarme a la HP, juntarme con gente, almorzar, HP, juntarme con gente, irme a la casa, tratar de dormir, no dormir, enroscarme a la HP, ….lo que más me agota es juntarme con gente: leer, hablar, oir, escribir, oir mentiras, mentir, inventar, esquivar, callar, estallar….

La quinta grada: amor a la humanidad. Solo yo sé lo difícil que sigue siendo tratar de entenderlo y aceptarlo. Realmente, es un ejercicio intelectual muy arduo encontrar justificaciones . Y en la HP está Vivaldi, Mozart, Rembrandt, Engels, Descartes…..y suenan, brillan, hablan, y creo que sí vale la pena. Pero estoy hablando de un montón de muertos! Y los vivos?

Me he tomado este trabajo a pecho, porque me gusta la historia, y el museo es un curioso objeto con historia. Pero, qué tienen que ver los memorandos con la historia? Y el requirente, y el devengado, y el justificativo, y el………..No, estás equivocado. Al igual que todos los que te rodean , estás aquí porque necesitas el sueldo. Y convivimos (sobrevivimos?) juntos, perdidos los ojos dentro del plasma de la jaula virtual del Excel, con miles de miles de miles de números encerrados entre fórmulas y formatos.

Estoy cansado, pero no quiero vacaciones de tres ni quince ni treinta días. Las quiero permanentes, eternas. Me estoy cansando de pensar, de hacerme creer a mí mismo que algo vale la pena. Pero todavía aguanto.

Pero la única que justifica me vida me pidió morirse antes. Y lo cumpliré, al menos le ahorro un dolor. A mí no me importa, he vivido, he gozado, he sufrido, he peleado. Sobre todo, he peleado. Siempre. Y torpe, tonto, medio ciego, feo, gordo, sigo vivo. Sigo vivo. Y feliz a mi manera.

“soy un sobreviviente de nacimiento ….“ (Bill Maher)

Debo reconocer que, aunque he debido pelear por sobrevivir, he tenido suerte. Y creo haber aprovechado al máximo mis pocas fortalezas, pese a mis muchas debilidades. Mi problema más grave ha sido lo costoso de mantener a mi familia. Al ser simultáneamente pobre y pendejo, sólo me quedó trabajar. Y como empleado, aunque en puestos cada vez más altos (necesito un sueldo alto y ni sé ni quiero ahorrar).

Pero me ha tocado tomar puestos odiosos. Odio ser jefe, odio el poder, odio que me saluden con más protocolo que estima, que me traten de manipular, que pretendan utilizarme, que tenga que tragarme ruedas de molino, que crean que no me doy cuenta, que me crean más tonto de lo que soy, que no sean recíprocos, que me mientan descaradamente, que me traten de usar porque ellas sí quieren poder…..Cuando fui profesor, usaba la escoba invisible para alejar a la gente y que no se den cuenta de mis debilidades. Ahora, tengo que hacer un esfuerzo diario para no caer en las redes de la infamia. Todavía no aprendo a desquitarme, aunque debería, pues corro el riesgo de quedar como cojudo. Pero se me hace imposible hacer daño a otros. Y así jamás serás un buen jefe.

Entre Francisco de Asís y Sun-Tzu. Creo que debería ir por el segundo, aunque no tengo la mente matemática suficiente. Y definitivamente, me perdí las clases donde enseñaban a odiar y amar (en ese orden). Y a los cincuentaymás años, me encuentro aquí, suspendido en medio de nada, motivándome todas las mañanas para poder seguir el guión. Y creo que lo hago por amor a la única que justifica que siga. Dependo voluntariamente de ella. Y me faltan 4 años para jubilarme. Por lo que veo, no va a ser fácil llegar. Habrá un colapso antes de por causas externas. Un colapso obviamente económico; ingresos 0. No me gusta, pero no lo temo. No debo temerle:

“Nada temo

Nada espero

Soy libre. (Nikos Kazantzakis)

Esto es un epitafio. Hacia allá vamos. Desde Alfa a Omega.

“Quiero escoger el día para mi muerte… (Víctor Heredia).

Ojalá pueda, No es fácil, porque en algunos de los escenarios analizados, no solo tendré que escoger la mía. (NO veo razón para no evitar sufrir a la que quiero y a mis inmediatos).

Estoy buscando en Google el manual para aprender a matar. Porque el de morir se supone que vino incorporado.